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Esta es la cuarta intervención de Agustín García Calvo en La Puerta del Sol, ayer jueves 9 de junio.
Subido por acampanilla el 09/06/2011:
"Bajo el régimen del bienestar no cabe nada bueno"
Primera Parte
Segunda parte
Tercera parte
Transcripción:"No estuvo nada mal, no estuvo mal del todo la ocurrencia de ayer que tuvieron los de la acampada de salirse hasta el congreso para hacer causa con la gente de sindicatos y así, no estuvo mal gracias a que ellos en general no creían para nada que el fin, la meta de las asambleas y de las acampadas fuera esa: acudir al congreso, al ministerio o a donde sea, que no merece nunca la pena de tanto. Están aquí, siguen estado aquí, seguiremos, mientras se pueda. Lo importante es no confundirse en eso. A los ataques hacia la altura, no hay que dedicarles demasiado tiempo ni atención, no merece la pena, repito, y se pierde mucho tiempo y sobre todo se desvía el sentido de este levantamiento inesperado con el que todos estamos tan alegres. Si diera el caso, a la gente de los sindicatos, a los obreros, hay que traerlos aquí, a esto, y no al revés.
Esto es como prólogo para seguir diciendo que lo que importa es estar aquí y saber, mejor dicho, no engañarse respecto al sentido que esto tenga y qué es lo que se está haciendo. Conviene librarse de una ilusión, lo primero: lo que está en los deseos más hondos de la gente de este levantamiento, lo que mueve justamente todo esto, lo que ha movido a la gente del quince de mayo, aunque ellos no supieran o, mejor todavía, no lo supieran, es una aspiración que no cabe en este mundo. Que se sepa bien que esto que deseáis, que deseamos, no cabe en este mundo, no cabe bajo el régimen nada nuevo. Y esta es la ilusión de la que querría desengañaros a toda prisa. Aquello a lo que se aspira, lo que se desea, eso seguirá haciéndose como se pueda poco a poco en esta ocasión o en otras ocasiones. Pero conviene saber siempre que bajo el régimen del bienestar no cabe nada bueno. Y que por tanto cada vez que esto bueno que haya aquí de verdad se somete a reglamentos, a reclamaciones, a reivindicaciones al poder se está equivocando. Esta es la ilusión que querría romper. Nada bueno de lo que aquí nos mueve cabe dentro del régimen del bienestar, ni de ningún otro régimen por supuesto, pero este es el que nos toca. Conviene desengañarse de esto.
Por tanto querría que pararais mientes en cómo en los periódicos o por ahí los mayores entendidos, expertos en economías o en políticas se preocupan mucho de que no penséis que se está hablando, haciendo contra la democracia. Tienen a esta palabra de democracia una especie de adoración que sin más debe hacérosla sospechosa. Esta palabra, este palabrejo que desde que se inventó entre los antiguos griegos no ha servido más que para la engañifa una y otra vez, no merece ningún respeto. Ya os la he denunciado. Kratos, poder, no tiene que ver nada con pueblo, con lo que puede haber de pueblo de verdad por debajo de las personas. El pueblo no manda, el pueblo no tiene poder nunca, lo padece. Y lo que aquí se está diciendo es de una manera o de otra: ¡No al poder! Que es lo que es pueblo de verdad dice: ¡No! (¡Bravo! Aplausos)
Esto me recuerda que podría estar aparentemente un poco en contradicción contra aquella canción que llegó a ser himno de la revolución de los claveles en el 74 cuando decía: o povo é quem mais ordena, o povo é quem mais ordena, puede parecer que va en contra de esto, pero el orden que el pueblo pueda desarrollar de sí, la convivencia que tantas veces se ha intentado fracasando pero reviviendo, esa convivencia no tiene que ver nada con un orden desde arriba, con el orden del poder. Es una manera, esa ordenación es un fruto que nade justamente del No. No voy a entretenerme más con lo del orden. Si alguno tiene curiosidad, mañana los del periódico La Vanguardia sacarán un artículo que se titula Orden y podéis leerlo un poco más detenidamente si queréis. Gracias a los de La Vanguardia. Y gracias a cualquiera otro de los medios que dentro de sus escasísimas posibilidades hacen un poco de traición a lo mandado, dan un poco fielmente cuenta de lo que aquí estáis haciendo, muy pocas veces, muy mal en general, pero en lo poco que puedan volverse contra lo que tienen mandado, hay que agradecérselo.
Paso a lo que me importa más aquí: una vez que nos hayamos desengañado de que esto no cabe bajo el régimen del bienestar, que esto se levanta contra cualquier tipo de régimen, eso parece que enseguida se levanta contra el orden universal, contra cualquiera de los regímenes que ha habido y que pueda haber. Y esto es grave. Se levanta contra eso, pero justamente por eso, al orden, al régimen, no se le derriba de la noche a la mañana ni con unas cuantas acciones de acá o de allá. Hay labor para rato. El desengaño, el perder entre nosotros mismos las falsas rutas a que nos lleva un realismo mal entendido hacen que la labor tenga que ser larga, interminable y no nos importa cuándo ni hasta cuándo, porque el pueblo no tiene futuro. El futuro es de ellos, el futuro es de ellos, y ya sabéis bien para lo que lo utilizan: para la administración de muerte, condenar a cada uno a que se dedique a hacer su futuro y condenar justamente a que cualesquiera otras asociaciones tengan también su futuro que conseguir.
Esta acampada, estas asambleas, justamente porque no se sabe de dónde vienen, no tienen ningún futuro. El futuro que haya tiene que irse haciendo, día tras día, sin acabar y sin cansarse. Por eso es tan importante, y los amigos que han más o menos organizado las asambleas lo saben conmigo que, aunque, por ejemplo, el domingo como lo han pensado se levante el campamento por ser demasiado costoso, eso no quiere decir nada respecto a la continuidad de las asambleas y de todo lo demás que va con ellas. (Aplausos)
Por mi parte voy a seguir contribuyendo a esto, como ya lo he dicho, en los jueves pasados, viniendo aquí, haya asamblea o no la haya, o coordinándome o no con ella, voy a venir aquí y con un buen conjunto de amigos que sé que van a estar aquí conmigo también, y que seguirán estando, y entrando en las asambleas y hablando en las asambleas. Es decir, justamente manteniendo la continuidad de esto, por lo que acabo de deciros: porque esto se levanta contra el régimen, y cualquier régimen, y eso quiere decir que no puede tener fines estrechos de acudir con reivindicaciones a un ministerio o al otro. Es una labor que dura y que tiene que durar y lo importante es que siga aquí en esta ocasión. Y si acaso esta ocasión se terminara, surgirían otras como han tenido que surgir, y justamente a eso es a lo que estamos. No voy a hablaros más porque enseguida se echa encima la hora de la asamblea.
Pero sí querría, antes de invitaros, como Isabel ha pedido, a que soltéis lo que os parezca, sí querría aprovechar esta ocasión para recordaros otra canción, una canción que para mí es la que dice mejor o la que dice menos mal cuál es el sentido de todo este levantamiento. Os la voy a canturrear con una música que Chicho Sánchez Ferlosio le puso, cuando hace 46 años, como el primer días os recordé, estábamos justamente entre las grandes asambleas y en el levantamiento de los estudiantes por el mundo, en los años que se estaba estableciendo este régimen que hoy nos rige, que ha llegado a su madurez y por tanto a su podredumbre, dando lugar a vuestro levantamiento al cabo de tantos años, así entre otras cosas andaba con Chicho haciendo canciones, y una de ellas era esta que voy a cantar mal porque canto mal y por la megafonía, pero que alguno os la cantará mejor. Yo querría que ahora quedara aquí la letra como intento de ser la voz de lo que está diciendo la gente al levantarse de esta manera:
Tú, cuya mano me ha bañado
de un fuego transparente las espaldas,
cuyos ojos en claros naufragios hundieron
algunos principios elementales de mi alma,
tú eres mi patria.
Tú, que no tienes apellido,
que no sé si eres pájaro o si alcándara,
que de todos tus brazos las letras de plomo
cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,
tú eres mis padres
y mi patria.
Tú, que ni tú te acuerdas dónde
tendiste a orear las nubes blancas,
que de tantos amores que tienes olvidas
el nombre de todos los días de cada semana,
tú eres mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Tú, que tan dulcemente besas
que el cielo bocabajo se volcaba,
y que no se sabía de quién ya la lengua,
de quién la saliva, de tan sabrosa y tan templada,
tú eres mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Tú, que apacientas calaveras
por las praderas de la verde África
y a los rojos leones les echas de pasto
las rosas de leche de luna de Nuruquimagua,
tú eres mi ejército
y mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Eres mi ejército y mis leyes
y mi Dios y mis padres y mi patria,
y el ejército y Dios y las leyes y todas
las patrias y padres se creen que tú no eres nada:
que no eres nada.
-Vamos a recoger las voces que se puedan. Los minutos que quedan recogemos las voces que se puedan.
-Hola. Quería saber su opinión de algo que me ha llamado la atención últimamente que he visto… Bueno ahora incluso al pasar por los baños portátiles vi un artículo… Que quería saber su opinión sobre algunas cosas que he visto últimamente, que me han llamado la atención. Y es que últimamente, he visto muchos artículos, muchas denuncias sobre los privilegios de la clase política, con muchos detalles de su7s privilegios, pero me llama la atención que en muchos artículos de estos que yo veo sólo hacen hincapié en los privilegios de la clase política mientras que no hablan de los privilegios de los especuladores financieros, por ejemplo, de los privilegios de las organizaciones religiosas…. Etc. Etc. Etc.
-Bueno, siento que pierdas tanto el tiempo en leer la prensa y acudir a los demás medios. Tal vez te habrías ahorrado mucho si fueras tan económica como yo en esas atenciones. Por lo demás, la cosa que planteas no tiene mucho que extrañarse: a los medios estos hechos para la formación de masas, pero masas de individuos, no de otra cosa, cada uno en cuanto cada uno es un esclavo y gracias a eso forma parte de las masas, que ellos llaman, pues a esos medios les gusta desde luego más meterse a hacer caricaturas de por ejemplo los políticos al día y todo esto. Es más fácil por otra parte y por otra parte ¿qué son los políticos en el régimen del bienestar? Son simplemente unos servidores del capital. Esos otros a los que aludes como de las clases financieras son lo mismo, pero están más adelante en la pantalla, son más grotescos y para hacer chistes y reírse de ellos se prestan más que los banqueros, los directores de banca y todo eso, lo cual no quiere decir que entre los medios no haya también sus atenciones y sus ataques a financieros y eso, pero no tienen mucha importancia, no te preocupes. Todos son los mismos. El capital y el estado confundidos es la ley que nos ha tocado en este régimen
-Hola, buenas tardes a todos. Y doy las gracias a este maravilloso hombre que nos ha estado hablando, y ojalá, ojalá cundiera su ejemplo para que esta antorcha que se ha encendido no sólo en España sino a través de sus fronteras no muera nunca, y cambiemos de una vez por todas esta tanta mierda como tenemos. Gracias, Agustín.
-Bueno, gracias por las gracias inmerecidas porque cualquier cosa buena que hayáis oído no sale de mí, no sale de don Agustín sino de otra parte. Pero bueno, gracias por las gracias inmerecidas. Y os recuerdo precisamente lo que ella dice: la resonancia no voy a decir en todo el globo, porque eso es cosa de ellos, pero la resonancia en cualesquiera sitios del régimen avanzado, democrático, progresista, que se sienten tocados por lo mismo. Para que no os engañéis nunca, esas resonancias no pueden venir de que estén muy interesados en Copenhague o en México de lo que pasa con la tasa de paro en España o si suben o bajan un poco, es porque han reconocido allí también de lo hondo que venía esto y que afecta a cualquier sitio que se encuentre bajo el mismo régimen. Conviene no olvidarlo.
-Hola, buenas tardes. Agradezco el colofón poético con el que ha finalizado su intervención. Yo soy un paseante. Asisto casi con asiduidad no al levantamiento, sino a la manifestación de los indignados. Porque esto es una indignación, y un alzamiento es otra cosa, a mi entender, pero bueno, lo que me ha impresionado de lo que ha dicho es que esto no puede triunfar en el estado del bienestar. Me ha impresionado. Yo, mi pregunta es: ¿Puede tener éxito en un estado del malestar? ¿Es que hay ahora mismo Estado del bienestar? ¿Para quién? ¡Para nosotros no! ¡Para los cinco millones de parados no hay estado de bienestar! ¡Para los que tenemos o tienen actividad no hay estado del bienestar, hay amenaza contra el estado del bienestar! Entonces, la lucha… Pido disculpas, si disiento. El hecho real es que yo estaba siempre ilusionado desde que se puso el pueblo en la Puerta del Sol, y estoy viendo que los mensajes que se escuchan no son de continuidad, sino de dificultad, porque yo esperaba de las personas intervinientes no intenciones de arrasar esto o de levantarse, no, sino un camino, un futuro para este movimiento, que no alzamiento, porque de alzamientos nacionales tenemos mucha experiencia de sobra, entonces le rogaría al profesor si me pudiera aclarar el concepto de movimiento de indignación, de alzamiento popular, que aquí no está, y nada más.
-Bueno, se te agradece la indignación, aunque sea relativa, que tú mismo hayas mostrado. Por lo demás tengo que reprocharte que les prestas a las palabritas que te han impuesto desde arriba demasiada atención. Esto se llama el régimen del bienestar, se llama en los medios, y tú no le puedes cambiar el nombre. Es el régimen que hay, se llama el régimen del bienestar, como se llama la democracia, como se llama el desarrollo. Todos esos nombres que vienen desde arriba. Aquí no tenemos nombres sustitutos. Por lo demás, no quiero decir que no tengas razón, solamente que lo que has dicho amenaza que pesa sobre, pues vamos a decir, los maltratados para no distinguir entre empleados de tal grado del escalafón, de la clase baja o parados y todo eso a los maltratados desde luego es un maltrato a lo que en ellos queda de vivo, de pueblo, no amenaza a ningún otro estado sustituto. Repito no hay otro estado sustituto. No hay futuro. Esto se hace. Y para que se vaya haciendo la primera condición es que no tenga un futuro previo. La táctica de tener un futuro es la de la Banca, es la del Estado, es la del capital, no pueden vivir sin futuro. (Aplausos)
-Yo me pregunto, por ejemplo, qué ganamos maquillando la porquería, la injusticia, la, esto que nosotros llamamos “democracia”, porque la verdad es que no es una cosa que pase aquí, en España, pasa ahora mismo en más de medio mundo, en Grecia, en Portugal, y no digo nada en ese otro tercer mundo fabricado por el primero que no existe, no existe, no existe nada más que para los telediarios, para mostrarnos sus desgracias y así nos conformemos con la democracia como el menos malo de los gobiernos. Entonces ¿qué es lo que hacemos, qué es lo que podemos hacer? Una cosa muy peligrosa: que es maquillar al muerto, maquillar al muerto para que siga como vivo otros cuantos años más. No es posible. Cuando una cosa se ha muerto y está cadavérica y está en plena agonía, como es esto que llaman democracia, no hay que doler prendas, hay que decir: Pues no, democracia para usted, para el enemigo, que es el que está, porque esta democracia es una dictadura muy refinada, que consiste en convertir a cada uno en un imbécil individual para que la suma sea la idiotez mayoritaria, y por idiotez mayoritaria es ahora mismo la democracia. En cualquier sitio que se vote la mayoría es la idiotez mayoritaria. Así que vosotros veréis, no podemos colaborar a maquillar al muerto y a maquillar a la desgracia ya la estupidez. Nada más, gracias.
-¡Bravo! ¡Bravo! (Aplausos)
-Bueno, pues muy bien ha explicado Isabel la trama por la cual os engañan con lo de la democracia. Veamos el último eslabón. Una vez que se ha conseguido una mayoría de idiotas, que es el deseo máximo del poder, luego a la mayoría se la hace pasar por todos, y se acabó: ya sabéis como en las votaciones es exactamente así: se hace pasar a la mayoría por todos. Lo cual, de paso, me hace recordar a los amigos de la asamblea que una asamblea no vota nunca, no practica la democracia nunca.
-¡Visca el Barça!
-Perdonad, compañeros. Me presento ante ustedes. ¿Más alto? Vale: Yo soy un indignado más. Estas canciones que se van por el pueblo cantando “la llaman democracia y no lo es” es verdad. ¿Por qué no lo es? Vosotros y todos sabemos que desde que murió el dictador, la monarquía fue puesta a dedo. No se consultó al pueblo absolutamente para nada. ¿Acaso es democracia que unos con sesenta mil votos tengan un escaño y a otros les cueste un millón de votos sacar un parlamentario? ¿Acaso es democracia que el poder judicial se lo repartan entre el PSOE y el PP? ¿Acaso es democracia lo que está ocurriendo con el gran paro que existe? Esta no es la democracia que nosotros, el pueblo, queremos. Nosotros queremos la democracia de la clase trabajadora. Nosotros no queremos la democracia de la oligarquía, de los monopolios, de las trasnacionales, de las multinacionales, que nos han llevado a este caos. Ese mercado común europeo. ¡Oh Dios, Santo Dios, qué bonito, qué bien! Para los ricos. Para ellos. Para el proletariado, mierda. Compañeros, voy a terminar, claro que voy a terminar, voy a terminar diciendo que me gustaría que en ese parlamento surgieran estas voces de estas asambleas y que se llevaran ahí. Va siendo hora de que nos constituyamos en un partido político.
-(Abucheos) Ole, visca el Barca. Ole, visca el Barça.
-Algunos critican que no nos constituyamos en partido político. Entonces nos ocurrirá lo siguiente: desgraciadamente se diluirá como un azucarillo en un vaso de agua ¿Qué pasó con el mayo en el 68? ¿Qué pasó?
-¡Está aquí!.
-Está aquí, que no es el mayo del 68, sino el febrero del 65, está aquí. Por lo demás, gracias por tu indignación, pero me temo que estás demasiado acostumbrado al uso de los términos de arriba, aunque sea para hablar a los obreros, y, por tanto, te aferras a la democracia. Democracia es esta mierda que tú llamas. No hay otra democracia. Se inventó para eso y sigue sirviendo para esto en cualquiera de sus formas. ¿No te das cuenta lo que he recordado de que los bienpensantes de arriba, intelectuales entendidos, lo que están preocupados sobre todo es porque esta asamblea siga pretendiendo pretender una democracia, que no pierdan el término, lo tienen como sagrado. Los obreros, los maltratados, los oprimidos, no pueden conservar el mismo nombre. Lo que aquí se haga hay que inventarlo y si acaba por tener un nombre, por desgracia, ya lo tendrá. Pero los que están ya gastados para lo que están gastados no se pueden usar.
-¡Quince de mayo!
-Quería decir, reflexionar: Parlamento viene del latín y quiere decir “hablar mentiras, hablar fábulas”. Nosotros estamos por una asamblea que no es parlamentos, acá se dicen verdades, no conocemos mentiras. Entonces fundamos una nueva forma de entendimiento y de comunicarnos. (Aplausos)
-Eso es lo deseable, lo que deseo también. En cuanto a la etimología, como es natural te equivocas, porque la segunda parte de parlamento es como la segunda parte de alimento y no tiene que ver nada con el verbo mentir.
-Era un chiste, hombre.
-Que no viene del verbo “mentir”. La he tomado como una etimología chistosa.
-Bueno pero viene de fabulare, pueden buscarlo.
-De fabulare viene hablar, parlamento viene de parlar. Era un sitio, concretamente un parlamento es o cualquier otra reunión semejante del poder, es un sitio para decir lo que ya está dicho, para eso es para lo que están los parlamentos de los políticos, para que no se le escape a alguno alguna cosa del otro mundo que salga de tono; que se vuelva a decir lo que ya está dicho, justamente, como tú bien dices, no se puede consentir aquí, y, cuando lo consentís en una asamblea, os aburrís como en el Parlamento, o casi. De manera que en eso se nota. Desmentir, sí. Lo que conocemos en la realidad no son más que mentiras. La realidad está constituida sobre la mentira. La democracia y cualquier régimen está asentado en la mentira. Y los hay que sentimos que sobre la mentira no se puede asentar nada bueno. De manera que en una palabra se puede decir que la función de las asambleas es desmentir todo lo que se pueda. No tenemos que pretender decir la verdad, eso queda para Dios, pero desmentir, decir no a la mentira eso siempre se puede.
-Bueno el próximo jueves seguiremos aquí, seguirá Agustín García Calvo, aquí. Yo quería que os quedarais con una copla para deshacer esa ilusión de derechas e izquierdas, una copla que dice:
Ni derechas ni izquierdas;
entre arriba y abajo
está la pelea.
(Aplausos)
_____________ . ______________
Sobre lo dicho en esta charla, abunda ahora Agustín en este artículo en La Vanguardia de hoy viernes 10 de junio:
"Orden"
He saludado en la Puerta del Sol a los estudiantes y otros disconformes con el régimen como la alegría que son de lo inesperado (por más que digan ahora los entendidos) y al mismo tiempo como algo que se seguía esperando desde hace 46 años, cuando la ola de descontento juvenil que venía corriendo entre estudiantes del mundo progresado, Tokio, California, París, llegó hasta Madrid (aquí del antiguo régimen no quedaba más que la policía y la censura) y nos arrastró con ella, para seguir luego con las bandas de Alemania y terminar en el fastuoso Mayo de París, esto es, desde que se estaba estableciendo el régimen actual, que es el de la identificación descarada del Estado con el capital, o sea, el régimen del dinero, hasta estos días en que venía pasando de su madurez y ha dado lugar a esta renovación del descontento.
Pero me vuelvo aquí ahora a los lectores, por si algunos se sienten escandalizados o desconcertados por este despertar de la gente menos formada, que pone en peligro la seguridad de las cuentas y creencias en que ellos se sostenían, y temen acaso que “si esto cunde, el mundo se les hunde”, a fin de tranquilizarlos un tanto y de invitarles a volverse sobre las ideas de política o economía que tenían por necesarias y seguras.
Es, en suma, la cuestión del orden. Tal vez los que creen en la ordenación social por leyes y planes impuestos desde las instancias superiores del poder (lo mismo que creen en el universo que la ciencia vulgarizada les ofrece), y que desesperan si esa ordenación se tambalea o se pone en duda, es que no quieren enterarse de lo que por doquiera se les revela: que ese orden no se impone sobre ningún caos, que nunca ha habido, sino sobre otro orden antes y desde instancias inferiores entretejido, y que podía ser más sabio, más valioso para el sentir común, pero que queda estropeado y subsumido por la imposición del orden superior.
Esto se revela de la manera más clara en el caso de la lengua, sobre el que vuelvo ahora. Aquí la instancia superior es la escritura (con todos sus desarrollos imaginísticos,informáticos y digitales) con la que nuestra historia empieza (hace unos cien siglos nada más) y sobre la que la cultura (escolar, literaria, académica, científica, religiosa) se ha constituido: esa ordenación, reglas o leyes, de la escritura no se impone sobre ningún balbuceo bárbaro o selvático, sino sobre la lengua corriente y vulgar, la común a cualesquiera lenguas y lade cada idioma en que se manifiesta, que se revela como ordenación o máquina, compleja y flexible a la vez, desde el nivel de los fonemas y prosodias hasta el de la sintaxis de la frase, y bien regida sin que nadie se lo mande, mientras no viene a intervenir en ella la conciencia y las reglas políticas o culturales, que inmediatamente la desvirtúan y estropean, ya que la gente sólo habla así de bien gracias a que no sabe (conscientemente) qué hace cuando habla.
Pues bien: los que creen en la ordenación desde lo alto y se desgarran las vestiduras cuando su orden amenaza con derrumbarse están obligados a declarar que lo que importa, lo que de verdad vale, es la escritura, con toda su cultura encima, y que eso de la lengua corriente y común son fantasías o residuos negligibles.
Están obligados. Háganlo ya, señores. Porque, si no, ¿cómo van luego a sostener una fe en el orden social, el jurídico, el económico, y, en el último progreso a que han llegado con el régimen del bienestar? Negras se las van a ver para creer en eso si se dejan sentir que por debajo había, y hay, otro orden, quizá más sabio, quizá más rico, y si no eliminan del todo la lengua común, lo que queda de pueblo entre la gente.
Todavía en medio del imperio del régimen del dinero, han surgido una y otra vez intentos de descubrir que se puede convivir ordenadamente, en comunidades, sin dinero: así con los hippies y demás de los años sesenta, así antes con los anarcos, en medio de la guerra civil, en algunos pueblos. Ya comprendo que es más cómodo atenerse, aunque sea a costa del caos del tráfico y la burocracia, a la ordenación que el Estado de bienestar nos proporciona; sólo que está asentado sobre la mentira, y hay algunos que piensan que sobre la mentira no puede asentarse nada bueno.
Aquellos intentos han ido naturalmente fracasando (unos pocos de ellos fracasando por el éxito, convirtiéndose en empresas normalizadas bajo el régimen del dinero), han ido pasando a la historia, esa que les cuentan cada día.
Pero el caso es que (ya ven) siempre sigue quedando por ahí algo de pueblo que no se lo cree, y que sigue hablando de vez en cuando y dando guerra.
Agustín García Calvo , filósofo y helenista, profesor emérito de la UCM.
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