miércoles, 25 de mayo de 2011

Prólogo “De los modos de integración del pronunciamiento estudiantil (Extracto)



"De los modos de integración del pronunciamiento estudiantil"
Agustín García Calvo
Lucina Editorial, Madrid 1987
60 pág. ISBN 84-85708-31-8
PRÓLOGO “De los modos de integración del pronunciamiento estudiantil”.
(Extracto Angel Hernansaez Pérez para Tertulias García Calvo)


 Conviene, al ofrecerles este viejo panfleto principalmente a los nuevos estudiantes en rebeldía, que le antepongamos un recordatorio de las formas de engaño y asimilación que más van a encontrar en las ideas dominantes por si ello contribuye a que se dejen engañar y asimilar más malagusto y menos pronto.

Contra esas ideas estas pocas razones pués:

1) Que el pronunciamiento de los estudiantes es siempre y cada vez el mismo. (Estudiantes: los menos bien formados todavía como Individuos de la Masa, los no bien colocados todavía en el Sistema, los no metidos del todo en la cadena del Trabajo y la Diversión, los no del todo resignados con su muerte y por tanto, relativamente, sin Futuro y que por ello pueden acaso decir algo que no sea lo que está dicho, hacer algo que no sea lo que está hecho.)

 Estado y Capital no cambian más que para seguir siendo lo mismo, así la herida de sus manejos en la gente viva, que Ellos tratan de reducir a Masa de Individuos, se renueva constantemente; y así la rebelión de los estudiantes se alza contra las formas actuales y contemporáneas del Capital y Estado.

2) Que las fuerzas de la rebelión estudiantil no son otra cosa que las “contradicciones del Sistema”. O sea, que a lo mejor el Aparato no es tan perfecto ni tan fatal como ellos creen y quieren hacerle creer al pueblo.

 Es de esas posibles imperfecciones y quebrantos de donde sacamos corazón y razón para la lucha y no de otro ningún sitio: nuestra sola arma es la mentira de sus verdades. Y desde luego, lo que no cabe es pensar que la rebelión puede emplear las armas que el Sistema emplea para el dominio y el engaño: en la forma misma de las armas están sus fines inscritos y grabados.

 3) Que la rebelión estudiantil carece de Futuro. Eso del Futuro es cosa de Ellos, del Estado y Capital. Todo futuro es muerte. “Caminante, no hay camino”.

 4) Que en consecuencia, éxito y fracaso son nociones exclusivamente propias de la Empresa Comercial y de los Planes de los Ejecutivos. Que el pronunciamiento estudiantil, no teniendo fin alguno, no sabiendo lo que quiere, aunque sí lo que no quiere, nunca tiene éxito ni fracasa. Ni miedo ni esperanza.


Asimilación de algunos otros procedimientos particulares:

a) Aprenderse los Nombres Propios de las máscaras personales del Poder, y por tanto, prestarles una atención vana, que desvía el sentido de la guerra. Los Medios de Formación de Masas se dedican justamente a distraer la atención de la gente dirigiéndola sobre esas caras y nombres indiferentes y pasajeros, porque la personalización del Poder es truco principal para el engaño de los pueblos. De ahí que los Órganos de Falsificación de la Realidad tengan tanto empeño en que relumbren las muecas de Fulano y el nombre de Fulano suene a todo bombo (da igual si encomiándolo o denigrándolo), para hacer creer que es Fulano el que hace y dispone en la economía y la política; pero los ejecutivos no hacen más que ejecutar, son unos mandaos, y en ellos, mejor cuanto más altos en la pirámide, se cumplen especialmente las palabras de Jesucristo: “No saben lo que hacen”. Así que es una triste pérdida de tiempo eso de emplear en derribar (o consolidar) Ministros, Directores o Prohombres las fuerzas y las voces del pronunciamiento estudiantil, que contra lo que se levanta es contra el Sistema mismo.

 b) Protestar hacia Arriba. Porque se comprende que, cuando la gente no aguanta y se levanta a protestar, como siente que de lo Alto le vienen la opresión y las miserias, dirija sus demandas, más o menos airadas, y sus reclamaciones a lo Alto; pero no por ellos deja de ser una trampa, contra la que habría que precaverse: todo el que levanta las manos al Cielo, sea para suplicar, sea también para reclamar indignadamente, está con ello confirmando la realidad del Cielo y ratificando su dominio; y donde dice “cielo” entiéndase Organismos, Ministerios, Banca…

 Ellos no pueden dar otras cosas que lo que dan; no pueden hacer sino lo que hacen, o sea lo que ya está hecho. Son los estudiantes en rebeldía mismos los que, por su cuenta y en común, tienen que descubrir y que inventar otras maneras de hacer y otros regalos para la gente.

 c) Formular reivindicaciones. Los estudiantes no son corporación laboral ninguna, ni el pronunciamiento, cuando surge, puede amortecerse en la frívola tarea de averiguar cuáles son los intereses del Ente estudiantil (más metafísico que la República de las Mariposas) y de fabricar tablas reivindicativas. Por el contrario, los estudiantes en rebeldía deberían perder el temor a declarar “No sabemos lo que queremos: eso son cosas que sólo sobre la marcha pueden irse descubriendo”.

 d) Estudiar las Leyes, Planes y demás reglamentaciones para hacer otras. Es una fastidiosa coincidencia, difícil de soslayar, que, cuando se dan brotes de revuelta estudiantil y llega el momento de organizarla un poco, suelen ser lo más serios y trabajadores de los estudiantes los que se encargan de la tarea; y como son así, y como los mayores les han inbuido de la idea de que lo práctico es hacer planes, regulaciones, estadísticas y organigramas, pues se dedican obedientemente a estudiarse Leyes, Planes que los sucesivos Ejecutivos de la Administración hayan producido, artículo por artículo, y a proponer punto por punto enmiendas o reformas, como si fueran ellos ya unos pequeños Ejecutivos de la Administración.

 Habrá que desanimar de su intento a esos compañeros, mostrarles la vacía realidad de todas las disposiciones ministeriales de cuya inanidad ya el aburrimiento de su estudio es testimonio, y sugerirles que el único lugar adecuado para el papeleo legislativo que caiga desde Arriba es la papelera.

 No es ciertamente para hacer otras Leyes ni otros Planes para lo que surge el pronunciamiento de los estudiantes.

 e) Dialogar con las Autoridades. Como suceda a veces que Ellas se ponen comprensivas y se prestan incluso a recibir en su antesalas y despachos a los representantes de la plebe estudiantil y discutir con ellos seriamente sobre los problemas, es natural que se sientan los estudiantes halagados por el reconocimiento de su importancia y piquen en el cebo. Tanto más preciso se hace recordar que con las Autoridades no cabe diálogo ninguno: Ellos no saben decir nada más que lo que está dicho, y entrar en diálogo con Ellos implica avenirse a su lenguaje, burocrático y estadístico, con la consiguiente aceptación de su vocabulario y sus ideas de la Realidad, que no puede menos de amortecer y asimilar las voces que venían de abajo y que trataban de decir algo que no estaba ya dicho; hasta el punto de que pueden los representantes, al salir de las antesalas, ir pensando “Ahora ya sabemos lo que queríamos, y hasta hemos conseguido una parte de lo que queríamos” : una pesada vanidad: son los estudiantes solos los que tienen que dialogar entre ellos mismos, ir descubriendo y aclarando el sentido de lo que hacen; un diálogo sin fin, pero sin trampa, en el que hablar es también hacer.

 f) Imitar los mecanismos democráticos. Es un procedimiento de asimilación al Orden que se produce casi espontáneamente: apenas ha surgido un brote de rebelión, ya están organizándose comisiones y nombrándose representantes, y dedicándose a votar y contar manos en las asambleas, cuando no se cae en la conocida trampa de hacer un referéndum con urnas y voto secreto y personal. Les han dicho los mayores que eso es lo práctico, lo que se hace.

 Nada que sea práctico para la Administración de muerte puede ser práctico para la rebelión en contra de ellos, y que los mecanismos más progresados del Estado y el Capital son los que más inmediatamente deben evitar los estudiantes. La Administración opera sobre Masas de Individuos, de los cuales siendo cado uno reaccionario por esencia, se sabe que la suma lo será también, y en eso están fundadas las técnicas de votación y representación.

 Pero los estudiantes en rebeldía no son una Masa de Individuos, sino una multitud o comunidad de número indefinido, y sépase bien que los estudiantes sólo hablan en las asambleas (los ratos que no se pierden en escuchar informes de representantes o comisiones ni en contarse las manos para tomar acuerdos): no hablan en las comisiones especiales ni por boca de representante alguno, no tampoco en las manifestaciones por la calle voceando eslóganes a coro, sino sólo en las asambleas, de unas pocas centenas o millares, pero con la gracia de no estar contadas en número preciso (¿cómo van a estarlo, si no hacen más que entrar unos y salir otros a cada paso, y los asistentes lo son tan sólo más o menos?), en las cuales cabe que, de vez en cuando, no hable uno personalmente (esto es, con las ideas impuestas desde Arriba), sino que se hable con voz pública y común, y por tanto se diga algo que no esté dicho y pase algo que no se sepa.

 Éstos eran, en fin, algunos de los procedimientos más en boga para la reintegración de la protesta estudiantil contra los que se nos ocurría avisar a los que puedan encontrarse entre los nuevos brotes de la rebeldía.


Zamora, julio de 1987


Edición de 1987 en Editorial Lucina


Primera edición:
De los modos de integración del pronunciamiento estudiantil. Comuna Antinacionalista Zamorana.
Las Ediciones de la Banda de Moebius.
Madrid. 1979. 48 pags.








Nota importante:
El jueves 27 de mayo a las ocho de la tarde hablará de nuevo Agustín García Calvo en la Acampada de la Puerta del Sol, en la fuente central (Espiquer Point): tema "De los modos de integración del levantamiento"

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